Los pimientos asados son una delicia por sí solos, pero cuando los combinamos con un buen queso fresco, obtenemos un plato ligero, lleno de sabor y con una textura irresistible. Ideal para una cena sencilla y saludable.
Ingredientes:
- 2 pimientos rojos grandes
- 100 g de queso fresco
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta al gusto
- Orégano seco (opcional)
Preparación:
Sirve frío o a temperatura ambiente.
Asa los pimientos: Precalienta el horno a 200°C. Coloca los pimientos en una bandeja y hornéalos durante 30-40 minutos, girándolos cada 10 minutos hasta que la piel esté bien tostada.
Déjalos enfriar y pélalos: Una vez asados, mételos en una bolsa o tápalos con un paño para que suden. Después de unos minutos, pélalos y córtalos en tiras.
Añade el queso: Corta el queso fresco en cubos y mézclalo con los pimientos.
Aliña al gusto: Rocía con aceite de oliva, sal, pimienta y un poco de orégano seco si lo deseas.