QUÉ LE DOY DE COMER A MIS HIJOS

La adquisición y fomento de hábitos adecuados de alimentación es especialmente importante en edades criticas como la infancia, pues además de redundar en la salud de los más pequeños, serán los pilares básicos para el mantenimiento de estos hábitos saludables en la edad adulta.

Durante la infancia las características que debe tener la dieta están condicionadas por el ritmo de crecimiento, la tolerancia a los diferentes alimentos, la capacidad digestiva, el grado de autonomía y las habilidades del niño o niña.

Esta etapa se caracteriza por ser la etapa de mayor crecimiento y desarrollo físico. Además, se adquieren y consolidan hábitos que perdurarán de por vida.

Un niño con un buen estado nutritivo permitirá mantener un buen estado de salud y como consecuencia una mejor calidad de vida y una situación más favorable para prevenir la aparición de algunas enfermedades crónicas.

Hay varias etapas muy diferenciadas: edad preescolar, escolar y adolescente.

ALIMENTACIÓN EN PERÍODO PREESCOLAR:

Muy importante en este período cubrir necesidades y poco a poco además ir cediendo protagonismo a una alimentación saludable.

Debemos intentar incorporar a la dieta nuevos sabores y nuevos alimentos (base de una dieta variada) y favorecer la incorporación de tentempiés saludables para cubrir necesidades entre horas, así conseguiremos con paciencia y constancia llevar con éxito la transición desde la alimentación del lactante a una alimentación sana, favoreciendo la independencia y la confianza y hacer del acto de comer un momento gratificante.

Hábitos de alimentación saludable:

  • 5 COMIDAS DIARIAS CON DESAYUNO ADECUADO
  • DISMINUIR LA INGESTA DE GRASAS Y AZÚCARES NO SALUDABLES
  • FOMENTAR CONSUMO FRUTAS Y VERDURAS
  • HORARIO REGULAR
  • OFRECER VARIEDAD DE ALIMENTOS
  • RACIONES PROPORCIONADAS A LAS NECESIDADES
  • DAR EJEMPLO LLEVANDO EN CASA TODOS UNA DIETA SALUDABLE

ALIMENTACIÓN EN PERÍODO ESCOLAR:

En esta etapa la alimentación debe ser variada, incluir todos los tipos de alimentos, mantener una proporción correcta de los diversos principios inmediatos ( proteínas, grasas e hidratos de carbono ) y un aporte calórico que se ajuste a la actividad del niño.

Va siendo mayor la influencia externa sobre los hábitos dietéticos de compañeros, medios de comunicación, televisión, etc.

En España los niños en edad escolar llevan una alimentación con un excesivo consumo de alimentos densos en energía, productos de origen animal, bollería y bebidas azucaradas,  además de tener un aporte bajo de grutas y verduras . También se ha observado un descenso en el consumo de leguminosas, lácteos.

El resultado de todo esto es que el 15.7% de los niños españoles en edad escolar presentan riesgo de déficit en mas de 3 nutrientes. El 28.4% de de 2 o 3 nutrientes y el 39.4 % de uno o ninguno. En el mismo estudio sólo 12-25% de los niños de esta edad tenían un buen nivel de actividad física. Todo esto ha condicionado a un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesisdad , que en los últimos años se ha convertido en un grave problema de salud pública.

ALIMENTACIÓN EN EL ADOLESCENTE:

La adolescencia es la etapa final de la infancia. Se inicia con la aparición de los caracteres sexuales secundarios; en esta etapa la nutrición puede verse desequilibrada por el rápido incremento de la masa corporal, cambios en la composición del organismo (incremento de la masa libre de grasa) y variaciones individuales como puede ser el sexo, estado madurativo, actividad física, etc.).

Es un período decisivo para modificar el riesgo de enfermedades relacionadas con la alimentación; el papel de la familia en la alimentación pierde relevancia: comen solos en casa, salen a la calle con sus amigos y están muy influidos por las modas y la publicidad; su dieta suele ser monótona, hipercalórica, excesiva en grasa e hidratos de carbono e insuficiente en hierro. De forma general hacen un desayuno deficiente, realizan ingestas inferiores a las recomendadas de fruta, verduras, lácteos y cereales y excesivos refrescos, comidas preparadas y rápidas.

Las recomendaciones nutricionales en esta etapa deben ir encaminadas a la realización de una dieta completa, equilibrada y con un ritmo adecuado y proporcionado a su nivel de actividad física. El niño adquiere durante este período el 40-50% del peso definitivo y el 25% de la talla adulta. Se incrementa su masa ósea y se duplica la masa muscular.

 

RECORDAD que… la Nutrición en la Infancia tiene como objetivos principales:

  • Cubrir las necesidades energéticas, plásticas y reguladoras que permitan el

crecimiento y desarrollo óptimo del organismo en cada etapa del proceso.

  • Iniciar la prevención de enfermedades crónicas del adulto relacionadas con la

alimentación.

  • Promover la adquisición de hábitos alimentarios saludables.
  • Satisfacer las necesidades afectivas y otras específicamente humanas ligadas a la alimentación

 

El decálogo de la alimentación saludable

Variada.

Acostumbra a tu hijo o hija cuanto antes a que coma de todo y a degustar los sabores de distintos alimentos. La clave para educarle en hábitos alimentarios saludables está en ofrecerle una alimentación variada desde sus primeros años de vida. Es difícil que el niño aprenda a comer bien si no le has dado la posibilidad de tomar contacto con una gran variedad de alimentos.

Sana.

Escoge los alimentos con menos grasa, con poca sal, abundantes vegetales (verduras, frutas, legumbres y cereales integrales), y en cantidades acordes a su apetito y a sus necesidades.

Equilibrada.

Es imprescindible que conozcas el menú del colegio, para complementarlo con el desayuno, el almuerzo, la merienda y la cena, y hacer así una alimentación equilibrada. Los alimentos deben distribuirse a lo largo del día para que el cuerpo obtenga de ellos los nutrientes que necesita, según sus exigencias.

Nutritiva.

Ofrécele alimentos de todos los grupos (frutas, verduras, carnes, pescados, cereales, legumbres…) para que pueda elegir los que más le gusten. Y está en tus manos evitar que tu hijo consuma habitualmente alimentos superfluos, llenos de calorías vacías, como dulces, refrescos, chucherías, patatas fritas de bolsa y similares o precocinados como hamburguesas y pizzas.

Apetecible.

Si cocinas los alimentos (verduras, pescados, legumbres…) de diferentes maneras, combinas los alimentos que sabes que le gustan menos a tu hijo con otros que le agradan más y presentas los platos en la mesa de forma atractiva, tienes muchas garantías de que la comida le resulte más apetecible.

Divertida.

Hazles partícipes de la compra, la elaboración de comidas, la preparación de la mesa, etc. Esto puede ser una oportunidad para que aprendan buenos hábitos y disfruten de la comida.

Sorprendente.

Enséñales todo lo que sabes sobre los alimentos: para qué sirven, qué funciones desarrollan en el cuerpo, cuánto necesita el cuerpo de cada alimento…

Ordenada.

Disfrutad en familia del momento de la comida o de la cena, en un ambiente relajado y tranquilo; siguiendo un orden a la hora de comer: primer plato, segundo plato y postre.

Consistente.

Asegúrate de que el niño hace al menos 3 comidas consistentes al día: desayuno, comida y cena. Y si pasan más de 4 horas entre una y otra, anímale a que tome un tentempié.

Educativa.

Es esencial que la educación de hábitos alimentarios saludables se lleve a cabo tanto en casa como en la escuela. La educación exige de la familia paciencia, dedicación, constancia, disciplina, no hacer concesiones inaceptables y también cierto respeto por el apetito del niño, siempre que su ritmo de crecimiento y desarrollo se encuentre dentro de la normalidad.

Escrito por:

Gloria Rosell, Nutricionista Nutripharma en Almería.

 

BIBLIOGRAFÍA:

  • Recomendaciones nutricionales en la infancia de la Asociación Española de Pediatría (AEP)
  • Guía para la promoción de la alimentación equilibrada en niños y niñas menores de 3 años, Junta de Andalucía (Consejería de Salud)